El comienzo del siglo XX se caracteriza principalmente por la lucha por la liberación del cuerpo de la mujer. Los corsés asfixiantes, los vestidos largos que no dejaban nada al descubierto, la tez blanca y mucho más fueron desapareciendo para después dar paso a una nueva era en la que la mujer podía ser mucho más que un cuerpo perfecto.

A pesar de las guerras y conflictos constantes, la moda sigue evolucionando, y aunque se debía economizar en materiales y los trajes que se llevaban tendieron a ser menos elaborados, esto no era un impedimento para lucir elegantes, arregladas y con estilo. Las prendas se vuelven más adaptables a la vida ajetreada y los trajes de dos piezas marcan tendencia

A partir de los años 60 surgen los movimientos sociales, como el  hippie o el punk, entre muchos otros. Estos, además de sus ideales sociales, traen consigo nuevas modas que son fruto de su intento de libre expresión y desenfreno. La moda hippie da una gama multicolor a la ropa y termina de instaurar el uso de los pantalones en las mujeres.